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Reflexión Sobre La Verdadera Navidad

Por Miguel Ángel García Sarceño

Sarceno

En la verdadera navidad, el Infinito, Absoluto y Soberano, mediante un acto libre y por lo tanto de soberanía, sin despojarse de su esencia y atributos, se expresó dentro de las limitaciones del tiempo y del espacio, asimilado una raza y un sexo específico, para darnos la revelación más plena del amor que nos tiene, mostrándonos la medida de ese amor en la muerte que experimentó en la cruz del Calvario.

Por lo tanto, la verdadera navidad nos habla de la trascendencia de Dios. El atributo de la trascendencia de Dios nos revela a Dios como un Ser que está más allá de los límites del tiempo y de todo lo creado. No fue un ángel, ni otro ser humano el que nació en Belén, sino Dios mismo. Por eso fue llamado “Emanuel”, que significa: “Dios con nosotros” (Mateo 1:23). Este fue un acto libre y Soberano. Dios escogió los tiempos y el momento propicio para este gran acontecimiento redentor (Gálatas 4:4). La navidad nos revela que Dios está en control de los tiempos y gobierna la historia hacia la consumación de sus propósitos.

Pero la verdadera navidad también nos habla de la inmanencia de Dios. La inmanencia de Dios nos revela que el Dios que por esencia era trascendente, se ha hecho cercano a nosotros. Sin despojarse de su esencia y atributos divinos, asumió una existencia en las limitaciones del tiempo y el espacio. Lo Infinito, sin dejar de serlo, asumió una existencia en la esfera de lo finito; lo Absoluto, sin dejar de serlo, entra en lo relativo del tiempo y del espacio; El Soberano, asume una existencia en forma de siervo (Filipenses 2:6-8). ¿Cuándo? En la primera navidad. ¿Con qué propósito? Revelarnos la medida de Su amor para con nosotros en la cruz del Calvario. La verdadera navidad nos revela cuanto estuvo dispuesto Dios hacer por ti y por mí. En esta navidad, ¿Cuánto estas dispuesto tú hacer por Él?