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30 Versículos Sobre la Oración Persistente

La Biblia nos dice mucho sobre la oración, y también nos enseña cómo orar. Algo importante en la vida de oración es ser persistentes o constantes en nuestras oraciones a Dios. Estos 30 versículos nos ayudarán a estudiar y desarrollar una vista de oración persistente.

 

30 versos oracion persist

 

1) “Pacientemente esperé a Jehová, Y se inclinó a mí, y oyó mi clamor.”

Salmo 40: 1

 

2) “Oh Jehová, Dios de mi salvación, Día y noche clamo delante de ti.”

Salmo 88: 1

 

3) “Buscad a Jehová y su poder; Buscad su rostro continuamente.”

1 Crónicas 16:11

    

4) “Porque ha inclinado a mí su oído; Por tanto, le invocaré en todos mis días.”

Salmo 116: 2

 

5) 

“1 También les refirió Jesús una parábola sobre la necesidad de orar siempre, y no desmayar,

2 diciendo: Había en una ciudad un juez, que ni temía a Dios, ni respetaba a hombre.

3 Había también en aquella ciudad una viuda, la cual venía a él, diciendo: Hazme justicia de mi adversario.

4 Y él no quiso por algún tiempo; pero después de esto dijo dentro de sí: Aunque ni temo a Dios, ni tengo respeto a hombre,

5 sin embargo, porque esta viuda me es molesta, le haré justicia, no sea que viniendo de continuo, me agote la paciencia.

6 Y dijo el Señor: Oíd lo que dijo el juez injusto.

7 ¿Y acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que claman a él día y noche? ¿Se tardará en responderles?

8 Os digo que pronto les hará justicia. Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra?”

Lucas 18: 1-8

 

 

6)

“5 Les dijo también: ¿Quién de vosotros que tenga un amigo, va a él a medianoche y le dice: Amigo, préstame tres panes,

6 porque un amigo mío ha venido a mí de viaje, y no tengo qué ponerle delante;

7 y aquél, respondiendo desde adentro, le dice: No me molestes; la puerta ya está cerrada, y mis niños están conmigo en cama; no puedo levantarme, y dártelos?

8 Os digo, que aunque no se levante a dárselos por ser su amigo, sin embargo por su importunidad se levantará y le dará todo lo que necesite.

9 Y yo os digo: Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá.

10 Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.”

Lucas 11: 5-10

 

 

7) “Todos éstos perseveraban unánimes en oración y ruego, con las mujeres, y con María la madre de Jesús, y con sus hermanos.”

Hechos 1:14

 

8) “Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones.”

Hechos 2:42

 

9) ”orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos;»

Efesios 6:18

 

10) «gozosos en la esperanza; sufridos en la tribulación; constantes en la oración;»

Romanos 12:12

 

11) «Orad sin cesar.»

1 Tesalonicenses 5:17

 

 

12) 

«23 Y se acercó Abraham y dijo: ¿Destruirás también al justo con el impío?

24 Quizá haya cincuenta justos dentro de la ciudad: ¿destruirás también y no perdonarás al lugar por amor a los cincuenta justos que estén dentro de él?

25 Lejos de ti el hacer tal, que hagas morir al justo con el impío, y que sea el justo tratado como el impío; nunca tal hagas. El Juez de toda la tierra, ¿no ha de hacer lo que es justo?

26 Entonces respondió Jehová: Si hallare en Sodoma cincuenta justos dentro de la ciudad, perdonaré a todo este lugar por amor a ellos.

27 Y Abraham replicó y dijo: He aquí ahora que he comenzado a hablar a mi Señor, aunque soy polvo y ceniza.

28 Quizá faltarán de cincuenta justos cinco; ¿destruirás por aquellos cinco toda la ciudad? Y dijo: No la destruiré, si hallare allí cuarenta y cinco.

29 Y volvió a hablarle, y dijo: Quizá se hallarán allí cuarenta. Y respondió: No lo haré por amor a los cuarenta.

30 Y dijo: No se enoje ahora mi Señor, si hablare: quizá se hallarán allí treinta. Y respondió: No lo haré si hallare allí treinta.

31 Y dijo: He aquí ahora que he emprendido el hablar a mi Señor: quizá se hallarán allí veinte. No la destruiré, respondió, por amor a los veinte.

32 Y volvió a decir: No se enoje ahora mi Señor, si hablare solamente una vez: quizá se hallarán allí diez. No la destruiré, respondió, por amor a los diez.

33 Y Jehová se fue, luego que acabó de hablar a Abraham; y Abraham volvió a su lugar.»

Génesis 18: 23-33

 

13)

«24 Así se quedó Jacob solo; y luchó con él un varón hasta que rayaba el alba.

25 Y cuando el varón vio que no podía con él, tocó en el sitio del encaje de su muslo, y se descoyuntó el muslo de Jacob mientras con él luchaba.

26 Y dijo: Déjame, porque raya el alba. Y Jacob le respondió: No te dejaré, si no me bendices.

27 Y el varón le dijo: ¿Cuál es tu nombre? Y él respondió: Jacob.

28 Y el varón le dijo: No se dirá más tu nombre Jacob, sino Israel;[a] porque has luchado con Dios y con los hombres, y has vencido.

29 Entonces Jacob le preguntó, y dijo: Declárame ahora tu nombre. Y el varón respondió: ¿Por qué me preguntas por mi nombre? Y lo bendijo allí.

30 Y llamó Jacob el nombre de aquel lugar, Peniel;[b] porque dijo: Vi a Dios cara a cara, y fue librada mi alma.

31 Y cuando había pasado Peniel, le salió el sol; y cojeaba de su cadera.

32 Por esto no comen los hijos de Israel, hasta hoy día, del tendón que se contrajo, el cual está en el encaje del muslo; porque tocó a Jacob este sitio de su muslo en el tendón que se contrajo.»

Génesis 32: 24-32

 

14)

«25 Me postré, pues, delante de Jehová; cuarenta días y cuarenta noches estuve postrado, porque Jehová dijo que os había de destruir.

26 Y oré a Jehová, diciendo: Oh Señor Jehová, no destruyas a tu pueblo y a tu heredad que has redimido con tu grandeza, que sacaste de Egipto con mano poderosa.

27 Acuérdate de tus siervos Abraham, Isaac y Jacob; no mires a la dureza de este pueblo, ni a su impiedad ni a su pecado,

28 no sea que digan los de la tierra de donde nos sacaste: Por cuanto no pudo Jehová introducirlos en la tierra que les había prometido, o porque los aborrecía, los sacó para matarlos en el desierto.

29 Y ellos son tu pueblo y tu heredad, que sacaste con tu gran poder y con tu brazo extendido.»

Deuteronomio 9: 25-29

 

 

15)

«31 Entonces volvió Moisés a Jehová, y dijo: Te ruego, pues este pueblo ha cometido un gran pecado, porque se hicieron dioses de oro,

32 que perdones ahora su pecado, y si no, ráeme ahora de tu libro que has escrito.»

Éxodo 32: 31-32

 

16)

«10 ella con amargura de alma oró a Jehová, y lloró abundantemente.

11 E hizo voto, diciendo: Jehová de los ejércitos, si te dignares mirar a la aflicción de tu sierva, y te acordares de mí, y no te olvidares de tu sierva, sino que dieres a tu sierva un hijo varón, yo lo dedicaré a Jehová todos los días de su vida, y no pasará navaja sobre su cabeza.”

1 Samuel 1: 10-11

 

17) 

«17 Elías era hombre sujeto a pasiones semejantes a las nuestras, y oró fervientemente para que no lloviese, y no llovió sobre la tierra por tres años y seis meses.

18 Y otra vez oró, y el cielo dio lluvia, y la tierra produjo su fruto.”

Santiago 5: 17-18

 

 

18)

«36 Cuando llegó la hora de ofrecerse el holocausto, se acercó el profeta Elías y dijo: Jehová Dios de Abraham, de Isaac y de Israel, sea hoy manifiesto que tú eres Dios en Israel, y que yo soy tu siervo, y que por mandato tuyo he hecho todas estas cosas.

37 Respóndeme, Jehová, respóndeme, para que conozca este pueblo que tú, oh Jehová, eres el Dios, y que tú vuelves a ti el corazón de ellos.

38 Entonces cayó fuego de Jehová, y consumió el holocausto, la leña, las piedras y el polvo, y aun lamió el agua que estaba en la zanja.

39 Viéndolo todo el pueblo, se postraron y dijeron: !!Jehová es el Dios, Jehová es el Dios!

40 Entonces Elías les dijo: Prended a los profetas de Baal, para que no escape ninguno. Y ellos los prendieron; y los llevó Elías al arroyo de Cisón, y allí los degolló.

41 Entonces Elías dijo a Acab: Sube, come y bebe; porque una lluvia grande se oye.

42 Acab subió a comer y a beber. Y Elías subió a la cumbre del Carmelo, y postrándose en tierra, puso su rostro entre las rodillas.

43 Y dijo a su criado: Sube ahora, y mira hacia el mar. Y él subió, y miró, y dijo: No hay nada. Y él le volvió a decir: Vuelve siete veces.

44 A la séptima vez dijo: Yo veo una pequeña nube como la palma de la mano de un hombre, que sube del mar. Y él dijo: Ve, y di a Acab: Unce tu carro y desciende, para que la lluvia no te ataje.”

1 Reyes 18: 36-44

 

19)

“147 Me anticipé al alba, y clamé; Esperé en tu palabra.

148 Se anticiparon mis ojos a las vigilias de la noche, Para meditar en tus mandatos.

149 Oye mi voz conforme a tu misericordia; Oh Jehová, vivifícame conforme a tu juicio.” 

Salmo 119: 147-149

 

 

20)

“ 1 De lo profundo, oh Jehová, a ti clamo.

2 Señor, oye mi voz; Estén atentos tus oídos A la voz de mi súplica.

3 JAH, si mirares a los pecados, ¿Quién, oh Señor, podrá mantenerse?

4 Pero en ti hay perdón, Para que seas reverenciado.

5 Esperé yo a Jehová, esperó mi alma; En su palabra he esperado.

6 Mi alma espera a Jehová Más que los centinelas a la mañana, Más que los vigilantes a la mañana.»

Salmo 130: 1-6

 

21) 

«42 diciendo: Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya.

43 Y se le apareció un ángel del cielo para fortalecerle.

44 Y estando en agonía, oraba más intensamente; y era su sudor como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra.»

Lucas 22: 42-44

 

 

 

23) 

«36 Entonces llegó Jesús con ellos a un lugar que se llama Getsemaní, y dijo a sus discípulos: Sentaos aquí, entre tanto que voy allí y oro.

37 Y tomando a Pedro, y a los dos hijos de Zebedeo, comenzó a entristecerse y a angustiarse en gran manera.

38 Entonces Jesús les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí, y velad conmigo.

39 Yendo un poco adelante, se postró sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú.

40 Vino luego a sus discípulos, y los halló durmiendo, y dijo a Pedro: ¿Así que no habéis podido velar conmigo una hora?

41 Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil.

42 Otra vez fue, y oró por segunda vez, diciendo: Padre mío, si no puede pasar de mí esta copa sin que yo la beba, hágase tu voluntad.

43 Vino otra vez y los halló durmiendo, porque los ojos de ellos estaban cargados de sueño.»

Mateo 26: 36-43

 

24)

«32 Vinieron, pues, a un lugar que se llama Getsemaní, y dijo a sus discípulos: Sentaos aquí, entre tanto que yo oro.

33 Y tomó consigo a Pedro, a Jacobo y a Juan, y comenzó a entristecerse y a angustiarse.

34 Y les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí y velad.

35 Yéndose un poco adelante, se postró en tierra, y oró que si fuese posible, pasase de él aquella hora.

36 Y decía: Abba, Padre, todas las cosas son posibles para ti; aparta de mí esta copa; mas no lo que yo quiero, sino lo que tú.

37 Vino luego y los halló durmiendo; y dijo a Pedro: Simón, ¿duermes? ¿No has podido velar una hora?

38 Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil.

39 Otra vez fue y oró, diciendo las mismas palabras.

40 Al volver, otra vez los halló durmiendo, porque los ojos de ellos estaban cargados de sueño; y no sabían qué responderle.»

Marcos 14: 32-40

 

24) «Mas yo a Jehová miraré, esperaré al Dios de mi salvación; el Dios mío me oirá.»

Miqueas 7: 7

 

25) «Aguarda a Jehová; Esfuérzate, y aliéntese tu corazón; Sí, espera a Jehová.»

Salmo 27:14

 

26) ”Nuestra alma espera a Jehová; Nuestra ayuda y nuestro escudo es él.»

Salmo 33:20

 

27) «Guarda silencio ante Jehová, y espera en él. No te alteres con motivo del que prospera en su camino, Por el hombre que hace maldades.»

Salmo 37: 7

 

28) «Porque en ti, oh Jehová, he esperado; Tú responderás, Jehová Dios mío.»

Salmo 38:15

 

29) «También en el camino de tus juicios, oh Jehová, te hemos esperado; tu nombre y tu memoria son el deseo de nuestra alma.»

Isaías 26: 8

 

 

30)

“1 Oh Jehová, Dios de mi salvación, Día y noche clamo delante de ti.

2 Llegue mi oración a tu presencia; Inclina tu oído a mi clamor.

3 Porque mi alma está hastiada de males, Y mi vida cercana al Seol.

4 Soy contado entre los que descienden al sepulcro; Soy como hombre sin fuerza,

5 Abandonado entre los muertos, Como los pasados a espada que yacen en el sepulcro, De quienes no te acuerdas ya, Y que fueron arrebatados de tu mano.

6 Me has puesto en el hoyo profundo, En tinieblas, en lugares profundos.

7 Sobre mí reposa tu ira, Y me has afligido con todas tus ondas. Selah

8 Has alejado de mí mis conocidos; Me has puesto por abominación a ellos; Encerrado estoy, y no puedo salir.

9 Mis ojos enfermaron a causa de mi aflicción; Te he llamado, oh Jehová, cada día; He extendido a ti mis manos.

10 ¿Manifestarás tus maravillas a los muertos? ¿Se levantarán los muertos para alabarte? Selah

11 ¿Será contada en el sepulcro tu misericordia, O tu verdad en el Abadón?

12 ¿Serán reconocidas en las tinieblas tus maravillas, Y tu justicia en la tierra del olvido?

13 Mas yo a ti he clamado, oh Jehová, Y de mañana mi oración se presentará delante de ti.

14 ¿Por qué, oh Jehová, desechas mi alma? ¿Por qué escondes de mí tu rostro?

15 Yo estoy afligido y menesteroso; Desde la juventud he llevado tus terrores, he estado medroso.

16 Sobre mí han pasado tus iras, Y me oprimen tus terrores.

17 Me han rodeado como aguas continuamente; A una me han cercado.

18 Has alejado de mí al amigo y al compañero, Y a mis conocidos has puesto en tinieblas.»

Salmo 88: 1-18

 

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Escrituras usadas de la versión Reina-Valera 1960 (RVR1960).