Quitando La Cubierta La Iglesia que Honramos Por A. J. Tomlinson ¡El conflicto ha llegado! Las enormes fuerzas del Bien y del Mal están en un vivo combate. Nosotros sabemos cuál fuerza ha de ganar, pero por ahora tal parece que el Mal demanda, para sí, cada pulgada de la tierra y la única manera por la cual el Bien podrá prevalecer será enfrentándose con el Mal en una lucha viva y continua. No solo peleará el Bien a la defensiva, sino que emprenderá una ofensiva grandiosa. Poco se ha dicho o se ha escrito sobre la Iglesia de Dios en estas días, excepto por unos pocos seguidores humildes del pobre Nazareno. Mas estos pocos serán contados entre miles cuando sean puestos en conjunto. Pero al considerar que son tan poquitos, en comparación con los millones de habitantes de la tierra, no puedo pensar cómo se pueda decir mucho sobre el particular. Para muchos es una maravilla oír a hombres y mujeres hablar en honra de esta gran institución. En nuestras reuniones es muy común oír a la gente alabar a Dios, así también por la salvación de sus almas, Es cierto que hay quien se opone, pero realmente es que no saben, los que tal hacen, lo que la Iglesia realmente es. ¡Si la conocieran, así como es, ellos la amaban así como nosotros la amamos! La Iglesia de Dios es realmente el edificio propio de Cristo. Es un mal el pensar que un hombre sea su fundador. Claramente Cristo Jesús dijo a sus discípulos que Él edificarla su Iglesia y yo creo lo que dijeron sus discípulos de Él, pues nadie tiene derecho a disputar sobre esas palabras. Yo creo realmente que Cristo Jesús hizo exactamente lo que dijo que iba a hacer. Hay un poder y una belleza en la Iglesia de Dios que no se encuentran en otras iglesias. Cristo dijo de su iglesia: "Las puertas del infierno no prevalecerán contra ella." No hay duda de que Cristo dijo esto porque El sabia que habría una fuerte oposición contra la misma. Pero como una esperanza para los miembros de la iglesia también les dijo que se mantendrían firmes, como sujetos al ancla, y que no serían vencidos. Ciertamente la Iglesia ha sido atropellada, ha sido lastimada y abandonada, pero jamás ha sido vencida. Hoy está fuerte, llena de poder y de gloria. Todavía se mantiene firme, batallando contra el pecado con su fuerte brazo.. La Iglesia todavía brilla, el enemigo brama y aquellos que tienen ojos para verla pueden contemplarla. Algunos piensan que hablamos mucho de la Iglesia, pero ¿cómo no hablar de ella? ¿Ira si es hablar de algo bueno? Al honrar la Iglesia solo hacemos honra a su fundador divino, a Cristo Jesús. Él la edificó y cualquier cosa, que El haya fundado tiene valor para que hablemos de ella. Hay mucha gente que se dedica a la crítica, pero cualquiera puede hacer tal cosa. No se necesita ser un hombre ingenioso para criticar y oponerse a todo aquello que no puede comprender y ver claramente. Cierto escritor dijo que hay mucha, gente dispuesta a la critica y que creen que pueden dirigir un periódico, ellos señalan las cosas que debían publicarle y las que debían suprimiese, pero ocurre una cosa extraña con tales críticos, creen saber dirigir un periódico, pero ninguno de ellos lo posee, así pues no son necesarios en ninguna parte; en cambio hay quien no sabe mucho y tiene que afrontar el trabajo, porque posee un periódico y tiene que dirigirlo. De mi parte digo: yo creo que Cristo sabía lo que hacía cuando edificó su Iglesia. Creo que El sabia que nombre ponerle, no creo que haya otro nombre más apropiado, si lo hubiera El lo hubiera encontrado y lo hubiera usado. Cristo dijo: "Edificaré mi iglesia." Tal expresión puede indicar que otros se ocupaban de edificar iglesias, o lo harían después, por lo tanto El quería dejar bien entendido que Él edificaría su propia iglesia y que a nadie más le sería permitido hacerlo. Otros podrán hacer iglesias pero no podrán edificar su iglesia. El lo haría de por sí y así lo hizo! Esto es semejante a la Iglesia de Dios. En un tiempo fue hermosa, floreciente y fue una bendición para miles. Después fue cubierta y permaneció escondida y su vista y sus leyes fueron olvidadas. Pero ya se ha descubierto y al investigar se ha encontrado que es la verdadera Iglesia que Cristo fundó y edificó. Nosotros no edificamos. Tampoco instituimos leyes para que gobiernen, ya están hechas. Lo único que hacemos es destapar, solo tenemos que quitar todos los credos e incredulidades que la han escondido en tinieblas por espacio, de diez y seis siglos. Allí está con sus mismas leyes, el mismo Espíritu Santo, la misma vida santificada de sus miembros, la misma santidad, las mismas sanidades, los mismos milagros, los mismos oficiales, él mismo, poder, la misma gloria. Todo estaba bien guardada, sin dañarse. Se ha conservado muy bien y ya es tiempo que se demuestre de nuevo al mundo. Como Pompeya, se ha descubierto, y mientras más se escarba mas hermosa y bella es su forma. No hubo sorpresa especial en el descubrimiento de Pompeya, ningún escarbador dijo que estaban haciendo una ciudad nueva. No, porque claramente se vió que estaban descubriendo una antigua ciudad, que estaba oculta. Pero cuando la Iglesia de Dios se está descubriendo empiezan muchos a decir que están edificando "una nueva iglesia." Nosotros sabemos que no estamos edificando una nueva iglesia, las puertas del infierno no han prevalecido contra la iglesia del Señor, como el Vesuvio prevaleció contra la ciudad de Pompeya. ¡Pompeya está nuevamente afuera! Sus calles, pavimentadas, se caminan de nuevo, muchos de sus edificios todavía están en buenas condiciones, sus antiguos habitantes han partido, pero la ciudad aun permanece. Pedro y Santiago, Juan y Pablo han partido también, pero sus escritos e instrucciones están intactos, la misma forma de gobierno y todo lo que perteneció al edificio (Iglesia) en sí, están tan sólidos y firmes como lo estaban hace siglos, antes de ser tapados. Muchos libros se han escrito sobre Pompeya. ¿Por qué ha de haber algo de malo al escribir también muchos libros sobre la Iglesia de Dios, que es mas importante que miles de ciudades como Pompeya? En realidad no puede haber nada malo en ello y así esperamos hablar y escribir, sobre este tema, todo lo que podamos, pues honramos a Cristo al hacer esto. Dios honra los mensajes que se predican acerca de su Iglesia y derrama el Espíritu Santo en los mensajeros y sus oyentes. ¡La Iglesia, "Mi Iglesia," la Iglesia de Dios! Pablo y Cristo Jesús la nombraron, y ¿quién tiene derecho a oponerse a ello? Nosotros nada tuvimos que ver en su nombramiento, así como en su edificación. Nosotros hemos aceptado el nombre ya dado.. Pablo dijo que tuvo el conocimiento de ella por revelación y siguió a Cristo Jesús y nos la da como la Iglesia de Dios. Nosotros no esperamos cambiarla por capricho o crítica de cualquiera. 1,a vamos a dejar tal como está, solo tratamos de quitar la suciedad y polvo que se ha acumulado en ella por el descuido de los hombres que tomaron las riendas del poder en sus manos. El Vesubio jamás pudo arrojar mas suciedad sobre la bella ciudad de Pompeya que la que fue arrojada en el rostro y en el cuerpo de Jesucristo. Esto ha continuado por muchos años, pero no seguirá en lo adelante. Cristo no va a permitirlo mas! Él va a cuidar de los suyos. El edificio se ha conservado intacto y el pueblo está acudiendo a él. El pueblo ve, en esta forma preciosa, exactamente lo que su corazón anhelaba. He recibido una carta de un Señor, en la cual me dice que él ve, en la Iglesia de Dios, exactamente lo que él creé es lo recto y verdadero, mas exacto que lo que la iglesia, de la cual era miembro, practica pues el sistema de diezmos y gobierno era casi nada allí. Él quiere entrar a la Iglesia de Dios, pues ve que hay en ella un orden y sistema y que Dios está derramando sobre la misma su gloria, como no lo ha hecho con otras denominaciones. ¡La Iglesia de Dios! ¡Aleluya! La gente habla algunas veces de establecer "La verdadera Iglesia de Dios." Permítanle hacerlo, si así lo desean. Se encontrarán en derrota, como a tantos cientos ha sucedido. ¡Su Iglesia ya está establecida! Y ha estado así por diez y nueve siglos y jamás la han destruido! ¡Aleluya! No. ¡Nunca la han destruido! Estaba cubierta, como Pompeya, como hemos dicho antes, pero jamás fue destruida, las palabras de Cristo no se pueden quebrar, Él dijo: "Las puertas del infierno no prevalecerán contra ella" (Mateo 16:18). Eso es suficiente para mí. Yo estoy sin temor, soy valiente y no tengo miedo. Cuando Nehemías reedificaba las murallas de Jerusalén sus enemigos trataban de debilitarle las manos, usando cuantos medios se pueden inventar. Trataron de asustarlo, quisieron pelear contra él, hacer una alianza en contra suya y al fin buscaron a un hombre que se hiciera pasar como amigo de Nehemías y le aconsejase que dejara el trabajo. Este hombre le dijo: huye al Templo, pues vienen a matarte, juntémonos "Porque quieren matarte, si; esta noche vendrán a matarte.” Pero oíd la contestación de Nehemías: "¿Un hombre, como yo, ha de huir? ¿y quién, que como yo fuera, entraría al templo para salvar la vida? No entraré." Y dijo Nehemías en explicación, sobre esto,; "Entendí que Dios no. lo había enviado, sino que hablaba aquella profecía contra mí, porque Tobías y Sanballat le habían alquilado por salario. Porque sobornado fue para hacerme temer así, y que pecase, v les sirviera de mal hombre con que fuera yo infamado,. (Neh. 6,10-13). Pienso, ¿Quién ha de haber alquilado a ciertos hombres contra mi? Creo que son del mismo espíritu que tenían Toblas y Sanballat. No quieren ver a la Iglesia de Dios prosperar como lo ha sido. Quieren debilitar nuestras manos e intimidarnos y tratar de hacernos temer y dudar y así inducir a otros a hacer lo mismo. Pero no, nosotros estamos como roca sólida. Este no es nuestro trabajo, es el trabajo del Señor, y no tenemos porque temer. Aquella mujer que se hacía pasar como profetiza y los hombres que trataron de profetizar contra Nehemías no lo pudieron debilitar. El era hombre de Dios y Dios lo mantuvo, y Dios mantendrá a los suyos todo el tiempo. A mí me han probado de la misma manera, como. a Nehemías, por muchos años, mas yo hago mi oración a Dios y continuo en mi camino. Mi oración es semejante a la de Nehemías, quien dijo: "Acuérdate, Dios mío, de Toblas y de Sanballat conforme a estos sus obras y también de Noadías profetisa, y de los profetas que hacían ponerme miedo." Nehemías acabó la muralla. As! Dios terminará Su trabajo. Y por la ayuda y sabiduría que Él da, terminaremos el trabajo que Él ha escogido para nosotros. Nosotros recibiremos muchas noticias alentadoras de muchas partes pero entre estas vienen de la otra parte cambien. Todo está bien, no me opongo, pero toda mi alma está puesta en el trabajo de la inmensa Iglesia de Dios y nada me desalienta o me hace temer. i Temo solo a Dios! Yo me abrigo cerca de Él, y El me sostiene maravillosamente y me da ayuda que sé que es más sublime que lo natural. Siempre me ha gustado consultar con aquellos en quienes tengo confianza, pero rehusó consultar con los Tobías y los Sanballats. Dios me puede hacer saber la diferencia entre personas, así como Él hizo con Nehemías. Lo que Dios ha hecho por mí lo puede hacer contigo que estas siguiendo este mensaje. En estos tiempos peligrosos uno necesita protección, y podrás fijarte en un Tobías o un Sanballat para "alquilarte" o hacerte dudar o hacerte transigir. No lo debes hacer. Tienes que ser valiente, por Dios y su Iglesia. ¡Estad firme! as¡ como la roca de Gibraltar. Estad firme como Pablo y Pedro. No debemos debilitarnos y as¡ caer debajo de aquello que Dios ha planeado para nosotros. ¿Dudar de Pablo, cuando él se mantuvo firme por la Iglesia de Dios? ¡No! ¡Nunca! ¿Dudar de Jesús; quién dijo: "Las puertas del infierno no prevalecerán contra ella"? ¡No, mil veces no! Lo podemos decir y decirlo sin temor. ¡Aleluya! Dios está dando sabiduría y conocimientos, así como, otros dones. Muchos buscan los dones, como si éstos no hubiesen sido dados ya. ¿Podrían mencionar algún don, de los que Pablo relata, que aun no se haya manifestado? No dudes mas de Dios. No sigas orando en esa forma; pidiendo dones. ¿Por qué? Debes meditar en la gran sabiduría y conocimiento que Dios ha derramado en sus seguidores humildes. Hay muchas personas que apenas saben leer, que nunca han ido a una escuela y no obstante se han parado ante grandes congregaciones y con rostros brillantes han hablado de la Palabra de Vida, como si hubieran cursado muchos años de universidad. También debes mirar la fe como se ha desarrollado maravillosamente en muchas personas. Las sanidades instantáneas, como producto del don de fé. ¡El don de Sanidad! ¿Puedes decir que nadie tiene ese don? ¿No han sanado miles de enfermos solo con imponerles las manos, o decir una palabra con fé? ¡Milagros también! ¿Por qué dudar o, esperar cosas maravillosas de un lugar no conocido? ¿No has visto ante tus ojos estas manifestaciones? Es como coger lumbre sin quemarse, pues ha habido sanidad en personas imposibilitadas para moverse, de asíos en cama. Los cojos han sanado, los ciegos han visto, los muertos han resucitado, los tumores han desaparecido. ¡Aleluya! Es tan hermoso todo esto que es innecesario mencionar otros casos ni otros dones. Profecías, discernimiento de espíritus, leguas e interpretaciones. Todas estas cosas las has visto, pues son manifestadas, más o menos, en todos nuestros servicios. ¡Amados, no estéis sin fe! ¡Crean! No duden de estas cosas, pues Dios ha dado todos sus dones y Él dará mas si dudan menos y reconocen lo que ya se ha hecho y dan gloria y alabanza por ello. Estos dones pertenecen a la Iglesia de Dios. Dejadlos que se manifiesten más y más. Ya están aquí, ya están en la Iglesia a la cual pertenecen. No te debilites dudando, o pidiendo a Dios lo que ya El ha dado, lo que ya tenemos. Si ya tienes el Espíritu Santo, ¿continuarías pidiéndolo al Señor? ¡Ciertamente que no! Tal vez no se manifieste en ti a cada momento, pero no dirás que no lo tienes, solo. porque no hablas en lenguas en todo tiempo. Si tu empiezas a aclamarlo, a honrarlo y dices que El habita en ti El pronto se manifestará. Esta analogía es tan cierta como los dones. No los verás demostrados a cada instante, posiblemente tampoco en algunos días o semanas, pero se han manifestado y lo serán de nuevo, si fuera necesario para quitar las dudas. Estoy cierto que muchos de ustedes han visto manifestarse estos dones, entonces, ¿por qué no los aceptan como qué son de la Iglesia? ¿Por qué no creen y tienen fe en Dios y sea esto una manifestación de interés y para mejoramiento de la Iglesia y honra y gloria para Él? ¡La Iglesia de Dios! ¡Yo he de hablar de ella más y más! ¡Yo la amo porque mi Salvador la edificó! ¡ Aleluya! Es una institución sagrada y pronto ha de brillar más que cualquier institución o gobierno. Si honramos a la Iglesia, honramos a su Divino Fundador. Jesucristo y Pablo la honraron y ¿quién tiene derecho a oponerse a ello? La batalla ha de pelearse hasta terminar y esto será pronto. Entonces, todos los que permanecieron luchando hasta el fin estarán gozosos, estoy seguro! Vengan amados, vamos vistiéndonos con la armadura para correr a la batalla con fé, ganar la victoria, y obtener el premio,. Dios estará con aquellos que se acercan a Él. Él se deleita en honrar y ayudar a sus hijos fieles y obedientes. Él cuidará de nosotros hasta, el último conflicto. ¡Aleluya! --- Créditos Quitando La Cubierta La Iglesia que Honramos Por A. J. Tomlinson © 1998-2022 La Iglesia de Dios de la Profecía El texto de este libro del original “Quitando La Cubierta” fue escrito en inglés y después traducido al español por el Departamento Mundial de Lenguajes. Esta obra fue editada y digitalizada por: www.visionahora.com Julio 2022 Visión y Recursos para la Iglesia Hispana del siglo 21